Panorámica Parque Berrío

Panorámica Parque Berrío

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Parque Berrío, recorrido histórico.

Hace más de trescientos treinta años existía en un sitio de la Villa de Nuestra Señora de La Candelaria de Medellín, cuya presencia tenía la máxima importancia para sus cuatrocientos habitantes: su playa Mayor; nombre muy significativo aún en la actualidad, por ser el sitio de encuentro de la comunidad donde se socializaban todas las actividades, se conocía permanentemente el diario  acaecer, se daba la importancia requerida a cualquier acontecimiento y se tomaban todas las decisiones necesarias para el buen vivir de sus habitantes.
También ocurrían otras cosas, no tan gratas. ¿Cómo olvidar que en 1676, el cabildo de la villa ordenó colocar el mico en la plaza Mayor, elemento éste utilizado para sujetar, humillar y torturar los presos?
Puede deducirse que en la plaza Mayor se vivía a fondo toda la vida de los habitantes de la pequeña villa; se trataban los más trascendentales asuntos del estado, de la iglesia y de la comunidad, se hacía también  justicia. La vida transcurría dentro de una aparente monotonía, mirada desde ahora, pero con sus actividades propias en el espacio y en el tiempo, que progresivamente iban abriendo nuevos senderos en un lento desarrollo.
El gradual y permanente crecimiento de la ciudad hizo que la plaza Mayor fuera consolidando su prestigio; esto llevó a quienes buscaban rendirle honores al destacado hombre público antioqueño Francisco Antonio Zea, que por entonces había cumplido misiones importantes de carácter nacional e internacional y ocupando altas posiciones del país político, lograran cambiarle a la plaza Mayor su tradicional nombre por el de plaza de Zea.


La plaza, con el correr de los años, acentuó su identidad y marcó la verdadera centralidad de la ciudad que seguía en crecimiento. Las ejecutorias de los gobernantes llevaron a que cada día tuviera un protagonismo mayor.
Llegó el momento en el que la labor destacada del gobernante Pedro Justo Berrío se reconoció ampliamente. Se propuso distinguir con su nombre este centro de la ciudad, y la plaza Mayor cambió su nombre nuevamente para recibir el de tan insigne hombre público; desde 1895 lleva en nombre de parque Berrío.
A principios del siglo XX el desarrollo de la ciudad fue cada vez más acelerado; la otrora plaza Mayor, plaza de Zea, ya parque Berrío, reactivó su importancia, se concretaron allí y con mayor intensidad todas las actividades que caracterizaban una ciudad moderna. El sector económico, el comercio con el acontecer religioso y político, marcaron aún más que el parque Berrío como el corazón de la ciudad. La alta clase social, económica y política, realizaba en el parque y sus alrededores diversos eventos.
En la segunda mitad del siglo XX se inició el desplazamiento de algunas de las oficinas principales del sector financiero hacia la llamada Milla de Oro de la ciudad, localizada en el eje vial principal de la zona de El Poblado. Llegó al parque Berrío el tren metropolitano, con nuevas transformaciones y nuevos componentes y siguió proyectándose hacia el siglo XXI como el centro más importante de la ciudad, en una urbe pluricéntrica, con unas características físicas indudablemente muy diferente a las de la plaza Mayor
Pasan los años y el corazón de la ciudadanía sigue latiendo allí; la decadencia de varios años del centro de Medellín no logró borrar su vigencia, y la comunidad, con el apoyo de los urbanismos, lograron crear interés en los gobernantes sobre la importancia que tiene el centro tradicional de la ciudad. El caso de Medellín no es nuevo, es el reflejo de la vigencia que tiene en todas las ciudades del mundo elevar el centro histórico de las mismas; se busca en todas ellas que las actividades propias urbanas se sigan desarrollando al máximo en estos espacios, lo que ha llevado a que se tome verdadera conciencia de ello.
En los primeros años de siglo XXI, la ciudad de Medellín está dando pasos importantes con relación a su tradicional centro histórico. Entendieron sus habitantes y gobernantes la importancia que sigue teniendo el centro de la ciudad, a pesar del desplazamiento que se dio de sectores tan representativos como el oficial y el financiero: pero han llegado nuevos actores sociales a este centro, con los referentes culturales que se están generando y con los procesos de conservación del patrimonio histórico allá representado. Se destaca el programa El centro vive.


De plaza Mayor a parque Berrío ha tratado de ser un recorrido histórico de lo que fue, de lo que debió ser y lo que tendrá que ser el núcleo del centro urbano tradicional de la ciudad de Medellín, que sigue y reafirma casa vez más la identidad de la ciudad en este parque, la otrora plaza mayor de la villa de La Candelaria; tiene que ver mucho con la identidad de Antioquia. No en vano la frase socorrida, ya legendaria de los antioqueños, al afirmar que nació en el marco del parque Berrio.

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